No importa si eres limeño conservador, progresista, de izquierda o de derecha. En los últimos 20 años nos han mostrado una única forma de hacer las cosas en nuestro país. "El modelo". Lo aceptamos sin cuestionar, lo interiozamos y expresamos en pensamiento, palabra, obra y omisión. Todos alineados hacia el progreso pero muchos de nosotros sintiendo en el fondo una ininteligible incomodidad.

Este año, después de las elecciones municipales y las convulsionadas presidenciales, algunos encontramos la etiqueta para nombrar al personificador del modelo y por ende al culpable de todo. Lo llamamos "ppkausa" y decidimos odiarlo de todo corazón.

Así fue como "el modelo" generó su válvula de escape para amainar la presión de quienes intentaban cuestionarlo. Eran los “buenos” contra los “malos”, los cívicos contra los corporativistas. Todo estable de nuevo y todos jugando entretenidos sobre un tablero que, en verdad, no estamos interesados en abandonar o cambiar. Si te alejas un poco sin embargo, verás un juego aburrido y uniforme, donde buenos y malos se confunden, donde en realidad todos somos "ppkausas":

• Porque el Perú, más que un país es una gran marca, y por supuesto tú también lo eres, Usted S.A [1].

• Porque si no decimos ignorantes, decimos ignorados, pero siempre desde arriba y por encima del hombro.

• Porque cuando decidimos, desde nuestra posición de privilegio, encarar los problemas de personas excluidas, formamos una ONG y le ponemos directorio, gerencia general y comité asesor, igual que en "el modelo" de una gran empresa. Nos convencemos de que así se cambia el sistema desde adentro mientras ayudamos a los desposeídos.

• Porque tenemos una crisis educativa nacional de más de treinta años que nos afecta a todos, bajísimos índices de comprensión de lectura y una crónica incapacidad para pensar críticamente que se perpetua en nuestras escuelas [2]. Si  no sabemos, siempre podemos comprar (o al menos aspirar a comprar). Somos perfectas máquinas de consumo irreflexivo, de redil.

• Porque creemos que denunciando intolerancia nos empoderamos. Cuando en realidad cuando señalamos al troll grosero en internet, o al intolerante evidente, lo juzgamos y condenamos sin percibir que sutilmente seguimos replicando discursos y validando los propios sistemas y prejuicios que creemos combatir.[3]

• Porque las principales universidades del país son privadas. Porque las sin fines de lucro han cedido al juego del "modelo" de las que participan sin verguenza en el negocio de la educación, moldeando principios, reenfocándose en captar al estudiante/cliente que formarán bajo este marco[4].

• Porque el caudillo de ayer se convitrtió en el emprendedor de hoy. Creemos que Gastón Acurio o su equivalente es la solución a todos los problemas en los rubros desatentidos por el estado y la sociedad. Queremos al líder y la figura de éxito a quien seguir. Porque un esfuerzo colectivo y anónimo desde la base no es marqueteable y por lo tanto, no existe. Tampoco es algo a lo cual aspirar.

• Porque en los últimos 20 años el éxito, el liderazgo y la responsabilidad social (valores básicamente empresariales) reemplazaron a la felicidad, el altruismo y la solidaridad en la búsqueda del bienestar.

• Porque todo se resuelve con gerentes y gestores, profesionales exitosos. La experiencia no cuenta. La sensibilidad estorba y la sabiduría se obtiene con más grados en tu CV (mejor si son de afuera).  Los viejos a la tumba porque ya no producen, ni aportan.

• Porque creemos que ser globalizados y modernos es imitar lo último de otras realidades e imponerlas como moda y distintivo aspiracional. Nuestra vanguardia (innovación para hablar en términos del "modelo") consiste en ponerse capa sobre capa de ropa nueva sobre un cuerpo desnudo que evitamos ver frente al espejo. Porque nos aterra lo distinto. La diversidad es peligrosa y nunca será un valor.

• Porque estamos convencidos (adoctrinados) de que si algo es bueno tiene que costar, y no poco.

• Porque las máximas de ese corporativismo al que admiramos son estandarización y escala. Es decir, todo igual y replicado en masa. Si hasta nuestras protestas vienen enlatadas desde afuera, listas para abrir y aplicar.[5]

• Porque creemos firmemente en el cambio climático y el calentamiento global, y denunciamos y levantamos el dedo acusador, pero nuestra propia huella de carbono es más grande que la de una retroexcavadora minera.

• Porque cuando digo todos, me refiero a ese segmento de Lima que por control de la economía, de la información o la cultura cree ser el todo.

• Nos hemos convertido en una sociedad "ppkausa". Todos brazalete en mano agitando el puño. Derecho o izquierdo, da igual. El mitín es el mismo. El primer paso para cambiar algo es detectarlo. A partir de ahí, o actuamos o perpetuamos nuestra resignación y masoquismo de marca país.

[1] Usted S.A: Empleabilidad y Marketing Personal. Inés Temple. Editorial Norma 2010. Desde su publicación, se ha mantenido en los primeros lugares de venta en la librería El Crisol.

[2] El Perú ocupó el puesto 62 entre 65 países en comprensión de lectura en la prueba estandarizada PISA del año 2009 que diseña la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

[3] Luego de la muerte de los niños de Redondo, Cajamarca y la de Walter Oyarce en el Monumental, apareció una corriente de indignación en twitter que contrastaba la empatía y perplepjidad mostrada por todos en el segundo caso con la indiferencia frente al primero. El manoseo de la muerte de los niños en pos de su reivindicación fue tal, que evidenció una vez más, nuestra incapacidad para ponernos en el lugar del otro, cuando ese otro es tan diferente a uno.

[4] “Yo tengo Cayetano”. ¿En serio? ¿Por eso mudaron a los alumnos de primeros años de San Martin de Porres a Camacho? ¿Para que agarren esquina, o porque algunos papás se quejaban de la zona?

[5] Marcha de las putas, movimientos de indignados u ocupadores. Pueden ser protestas válidas pero llegan, a través del Facebook o Twitter, con un discurso armado o hasta pancartas listas para imprimir que obvian cualquier coyuntura local. Admiremos la protesta estudiantil chilena, profundamente ideológica, al ritmo de Latinoamérica de Calle 13 y pensemos que todo es parte del mismo saco.

Alfonso Silva-Santisteban